sábado, noviembre 22, 2025
Ideas
Alexis Oviedo

Alexis Oviedo

PhD en Educación por la Universidad Católica de Lovaina, Maestro en Estudios Culturales y Desarrollo, Graduado en Economía. Ex gerente del Proyecto de Pensamiento Político de la SNGP. Docente universitario.

La minga por el NO 

La ganancia del NO fue el resultado de una minga que se construye desde varios costados, en la que unos pusieron el conocimiento, otros la creatividad, el arte, la voluntad y el entusiasmo.

En la noche del domingo 16, todos seguíamos atentos los resultados electorales. A las 19:30 se tenían más de 20.000 actas y el NO ganaba en todas las preguntas, cómodamente en la 1 y en la 4, discretamente en la 2da y en la 3ra. Se confirmaba la ganancia del NO, pero no se podía considerar que era una tendencia irreversible. Tan expectantes como en final de Copa Libertadores, se consultaba la página del CNE que no siempre funcionaba. En los grupos de WhatsApp se comentaban sobre los resultados, se intercambiaban criterios estadísticos atinados y otros más bien cercanos al deseo individual. A las 20:30 la victoria del NO era irreversible, la alegría era desbordante y se escuchaban automóviles pitando y música bailable de tambores.

El NO triunfó a pesar de las encuestas, de los influencers y canales de televisión y medios pauteros que vaticinaban una victoria apabullante del SÍ. Hubo dudas y miedo sobre todo en que el Gobierno gane en las preguntas estratégicas (1 y 4). No se tenía certezas para enfrentar ese escenario.

La ganancia del NO fue el resultado de una minga que se construye desde varios costados, en la que unos pusieron el conocimiento, otros la creatividad, el arte, la voluntad y el entusiasmo. En los debates impulsados por los medios, brillantes conocedores del derecho constitucional y de la política (no quiero nombrarlos para no cometer omisiones) explicaban y argumentaban a favor de votar NO. En las redes sociales se difundían videos inteligentes creados con inteligencia artificial, stickers, memes y posteos audaces y divertidos, que iban desde osos de anteojos y tortugas tristes invitando a que por ellos votes NO. Se crearon grupos de WhatsApp para cruzar ideas y divulgar textos con mediación pedagógica y estadísticas que mostraban la debacle estratégica que significaba el triunfo del SÍ.

Los voceros públicos dieron luces al votante y también los anónimos que, desde distintos espacios, contrarrestaban los apabullantes mensajes oficialistas. Esta minga fue cuajando desde el Paro Nacional, que fue apoyado desde distintas latitudes y que sentó un precedente organizado de oposición directa y que, con firmeza, enfrentó a decenas de procesos legales, constitucionales y formales que el presidente usó en su beneficio o pasó por alto. EL Ecuador entero rechazó la represión y la violencia desmedidas con la que respondió el gobierno en Imbabura y los ecuatorianos pudimos constatar que los problemas de seguridad no se dan por un ejército y policía débiles o sin recursos, sino por incapacidad o falta de voluntad política. La memoria de los dos indígenas asesinados con balas militares quedó en la retina. También llevó a votar NO la inoperancia del Gobierno, que desde datos oficiales mostró la pésima ejecución de ministerios tales como educación, salud e inclusión, entre otros.

El triunfo del NO fue una minga donde se capacitó a los colectivos, donde las organizaciones sociales y los partidos de izquierda se movilizaron. Fueron debates entre vecinos y  debates familiares  los que alertaron sobre la cantaleta de los medios pauteros. Se mostró con fuentes que la Constitución no impide mejores condiciones de vida, que el estancamiento es producto de incapacidad gubernamental.

Como un epílogo vino el “reencauche” de ministros y la remoción de otros, reemplazados por otros tan o más incapaces en la rama que se les asigna. Con ello el presidente le dijo al país que hace caso omiso al rechazo popular que le pide cambios radicales.

El presidente Noboa huye de la realidad y se va a los Estados Unidos, quizás a relajarse o a recibir órdenes de Marco Rubio, ya que Trump no lo considera su igual. El Presidente se va a dar explicaciones al FMI mientras acá sus acólitos, con cinismo, recalcan que los ecuatorianos rechazaron una oportunidad y que no nos quejemos con lo que venga.

 

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