Daniel Noboa creó el imaginario de ser un empresario exitoso y honrado que sería implacable en su lucha contra el narcotráfico y la corrupción. Este imaginario lo vendió en las elecciones presidenciales y ganó. Sin embargo, ya existían graves denuncias en contra de sus empresas donde se vinculaba a Noboa Trading con la exportación de cocaína en cajas de banano. Durante el debate de 2025, su principal contrincante, Luisa González, lo acusó de disfrazar su corporación de banano para enviar cocaína en las cajas de frutas a Europa. En diciembre de este año el caso Noboa Trading ha estallado, ya no es solamente el correísmo, también la Fiscalía de Croacia, la revista Plan V y varios medios internacionales las que dejan claras las conexiones entre el magnate del banano y el narcotráfico.
Los casos de corrupción del actual gobierno no son aislados. Existe una serie de contratos turbios con empresas fantasmas y también con empresas de la familia Noboa que han sido denunciados: HealthBird, Progen, El Ordeño (desayunos escolares), Dundee Precious Metals (Quimsacocha), PetroNoboa y ahora Noboa Trading. Correa, Moreno y Lasso han quedado como aprendices en negocios sucios frente a Danielito, quien está batiendo récords en corrupción. No son solo sospechas o elucubraciones sino también denuncias de fiscalías de países europeos, ¿nos gobiernan narcos?
Mientras tecleo este artículo, Noboa sigue viajando incansablemente y con fondos públicos. Creo que ahora se encuentra en Noruega, después de permanecer una semana en Emiratos Árabes. No sé cuáles son sus objetivos y cuánto gana el país con sus giras, toda esa información es reservada. Hace tres días se dio una nueva matanza carcelaria en El Oro y parecería que la gente se acostumbró a la falta total de transparencia de un gobernante al que cada día le importa menos el país y más, mucho más, el crecimiento de sus corporaciones.
La mayoría de la prensa ecuatoriana, exceptuando Plan V, ha mantenido un silencio cómplice respecto a la investigación de Organized Crime and Corruption Reporting Project, donde queda claro el modus operandi de organizaciones de narcotraficantes vinculadas a Noboa Trading. Además, si el gobierno estuviese en una cruzada total contra los narcos hubiese evitado que esta droga se envíe desde los puertos ecuatorianos, que se supone están controlados por el gobierno. El paisaje político que proyectamos, frente al mundo, es el de un narcoestado, sin brújula, donde no queda claro hasta dónde la exportación de banano está vinculada al tráfico de cocaína como lo ha difundido la prensa canadiense y la Fiscalía de Croacia.
Si entre 2020 a 2022, cuando Noboa no era presidente, se capturaron más de 600 kilogramos de cocaína en cajas de banano de Noboa Trading, ¿cuánta cocaína habría enviado Noboa Trading en los últimos tres años a los Balcanes?,
¿Realmente es confiable Noboa en su lucha contra el narcotráfico? ¿Por qué tienen tanto poder los cárteles en Ecuador si se supone que los puertos están controlados por el gobierno?
Un gobierno que esconde información y que prefiere no enfrentar problemas de corrupción sino maquillarlos con publicidad y que para colmo no posee obra pública que lo respalde como muestra de su administración, es un gobierno fallido. Daniel Noboa, no ha comprendido los resultados de la consulta, cree que la gente está satisfecha con su accionar. Todo lo contrario, mientras más tiempo pierde sin rectificar y enfrentar de una manera directa los problemas trascendentales del Ecuador generará más conflictos internos que debilitarán aún más nuestra suigéneris “democracia de hacienda” en la que hemos terminado.
La impronta del gobierno del magnate bananero es tenebrosa. Lo más emblemático de su administración sigue siendo el asesinato a los chicos del barrio periférico de Las Malvinas, perpetrado hace un año por el ejército. Esta es la única huella con la que recordaremos a un gobernante prepotente, corrupto y violento. Los electores sabían quién era Daniel Noboa, y los intereses que representaba, pero dejaron a un lado su lado racional para sufragar desde la visceralidad y los dogmas.
Se termina 2025, resulta urgente replantear nuestra perspectiva sobre la política. Ojalá dejemos de pensar desde el odio y analicemos la política desde la gestión, resultados tangibles y, sobre todo, el respeto irrenunciable a la dignidad humana.
