11 miembros de la patrulla de la FAE, que el 8 de diciembre de 2024 detuvieron arbitrariamente a los cuatro niños de Las Malvinas, fueron condenados a 34 años y 8 meses de prisión por el delito de desaparición forzada. Para otros cinco uniformados procesados se determinó una pena de 30 meses, por haberse acogido a la figura de cooperación eficaz.
Así, John Henry Z., Wilmer Danny L., Jonathan Raúl G., Sergio Francisco V., Lister Henry L., David Andrés C., Wilson Alfredo W., Rodrigo Paúl N., Ronald Stalin P., John Eduardo T., y Bryan Olmedo N., recibieron la pena de 34 años y 8 meses. Mientras que Nelson Osvaldo Z., Moisés Israel L., Álex Javier Q., Carlos Xavier E. y Christian Eduardo A., fueron condenados a 30 meses, por ser cooperadores eficaces.
En sentencia de primera instancia, el Tribunal Penal del Guayas acogió el pedido de la Fiscalía. Sobre el teniente coronel Juan I., dicho tribunal ratificó su inocencia, al no hallar evidencia de un presunto ocultamiento de información.
De esta manera, luego de maratónicas y dolorosas audiencias iniciadas el 5 de noviembre, la justicia avanza en la búsqueda de verdad ante la desaparición forzada de los hermanos Ismael y Josué Arroyo, de 15 y 14 años, de Saúl Arboleda, también de 15, y de Steven Medina, de 11.
«La muerte de los menores fue producto de la situación de abandono en un lugar peligroso y desolado».
El segundo proceso, el que indaga la muerte de los menores, ha demostrado pocos avances. No obstante, el juez Jovanny Suárez, miembro del Tribunal, hizo la siguiente reflexión en la audiencia: «La muerte de los menores fue producto de la situación de abandono en un lugar peligroso y desolado».
Los cuatro amigos del barrio Las Malvinas fueron capturados en la avenida 25 de Julio, al sur de Guayaquil. Luego de horas de golpes y tortura fueron abandonados hacia la medianoche en una zona rural, de difícil acceso, en las inmediaciones de Taura, parroquia del cantón Naranjal. Estaban desnudos y con heridas sangrantes.
Los puntos clave de la resolución del Tribunal
- La patrulla de la FAE, Tango Charlie, liderada por el subteniente John Henry Z. debió comunicarse inmediatamente con el ECU911 o con la Policía para entregar a los menores.
- La patrulla Tango Charlie, en vez de desplazarse hacia Taura, debió dirigirse a la Unidad de Policía más cercana.
- Tras abandonar a los chicos, heridos y desnudos, en las afueras de Taura, los uniformados volvieron a su base en Taura y guardaron “un pacto de silencio”, lo cual determinó un “doloso ocultamiento de información”.
- Esto también se desprende de los testimonios de los familiares de los chicos. El Tribunal Penal destaca que ellos vivieron momentos de incertidumbre y tortura al no conocer el paradero de sus hijos. Si se hubiesen seguido los protocolos, los padres hubiesen tenido información o habrían reencontrado a sus hijos en alguna unidad de policía comunitario. Por ello, para el Tribunal, aquí se evidencia un “abuso estatal del poder”.
- El Tribunal recordó que tras este operativo el reporte de la patrulla Tango Charlie no mencionó que retuvieron arbitrariamente a los amigos de Las Malvinas y ni la condición de tortura psicológica y física que recibieron.
- Las versiones de los colaboradores eficaces indicaron que los chicos fueron golpeados, desnudados y que se efectuaron disparos cerca a ellos para aterrorizarlos. “Agradece que no te pego un tiro” se escucha en un video aportado por uno de los colaboradores.
La restitución de la honra
El fallo del Tribunal Penal del Guayas, además de los años de privación de libertad, determina que las ramas de FF.AA. sean capacitadas en protocolos de abordaje en situaciones de flagrancia que involucre a menores de edad.
El Tribunal dispone que se formulen las respectivas disculpas públicas institucionales y que en la base de Taura se coloque una placa alusiva a estos dolorosos hechos para que nunca más se repitan.
La Fuerza Aérea Ecuatoriana, asimismo, deberá divulgar un extracto esencial de la sentencia, cuya aparte se titula: “Rectificación y verdad: inocencia de las víctimas del caso Malvinas”. El fin es recordar a escala nacional la inocencia de los cuatro amigos futbolistas del barrio Las Malvinas.
Apenas se conoció sobre su detención, se activó una articulada operación de desinformación que vinculaba a los chicos con grupos de delincuencia organizada. Varios “influencers” afines al oficialismo se hicieron eco de estos ataques y los viralizaron.